diciembre 05, 2013

Me gustaste un chingo

Voy a escribir algo como lo que sigue porque siento que hace mucho no abro esta puerta que en un momento supo ser muy mía.

Me gustaste un chingo, Ida. Fue desde el primer momento en que te vi, que entraste por la puerta y saludaste a Rod. Que quién sos y de dónde sos y que cuántos años tenés. Está bárbara, creo que dije después. Pero cuando digo que este tipo de puerta supo ser muy mía es porque apenas te vi y entraste y me gustaste también vinieron mis clásicas dudas, ¿y si no me das bola?, ¿y si otro llega antes que yo?, ¿y si te das cuenta de que no soy un capo?, ¿y si se me pasan los días y a mi se me ocurre ser lento? Esto fue al principio porque después me puse en plan (no sé cómo pero me puse en plan). Después de la cena en que oficialmente me enamoraste por mostrar lo satisfecha que te hacía sentir compartir la comida y el cariño Nagual, te regalé Onda Vaga y me permití dejarme llevar por las rolas y tu energía al saber que estabas disfrutando el momento y que no valía la pena interrumpirlo buscándote. Esta noche es hora de entregar muchos besos y darnos cuenta que a veces nos cuesta y tengo la imagen de tu vestido azul iluminado con velas para siempre grabada en mi cabeza. Fue ESE el momento en que también me gustaste un chingo.

No voy a mentir, un poco pensé (como diciendo lo opuesto a "me dejé llevar"), y me di cuenta de que esa no era tu vibra y que no iba a poder conocerte así. Y fue cuando me dejé llevar que empecé a sentir las cosas de forma diferente. Me metí al mar de noche por primera vez en mi vida y sentí muchísima libertad entre las olas. Que te saques la bikini se acercó más a mi libertad que a mi sexualidad. Fue divertido, me desafié y te besé. Nos besamos y me gustaste un chingo.

Al otro día te vi y volví a ver que eras exactamente una persona que me gustaba un montón.
Esta parte un poco me olvidé cómo fue porque me estaba haciendo el chico-light-no-pressures, pero como que te acercaste a una de las partes que soy yo y mis preguntas y me confirmaste que las células no se tocan, entonces por eso está bien si digo que la perfección es para los giles. A la noche (o una noche), desde una hamaca, despedíamos el día y me contaste tu rollo con las mujeres. Un poco me frustré internamente porque todavía soy un niño para reaccionar sobre ciertas cosas pero también soy un caballero y te dije que todo muy lindo e importante, pero que te iba a invitar cordialmente a dormir conmigo. Fuimos a dormir y pude sentir y tocar tu cuerpo y quedarme larguísimos minutos besando tu boca. Esa boca y ese cuerpo que tanto tanto tiempo había esperado. Lo que pasó esa noche y los detalles quisiera no olvidármelos jamás. Con las primeras luces de la mañana abrí los ojos y te vi al lado mío y me dije "me gustás un chingo".

El dato: en solo 2 días atinaste y resolviste dos de mis grandes ruidos +bonus: solo dijiste "me gusta tu cuerpo", "tienes lindo color de piel" y "eres muy grande".

No voy a hacer un recuento de *esas cosas* que pasaron porque ya incluso sería demasiado rosa para mi, pero algunas simplemente no quiero olvidármelas nunca: ciertas caras tuyas, la vertical en la arena, verte flotar entre las olas, tu licuado matutino de poder, las crepas de espinaca, vamos allá a buscar caracoles, tu miel/mi miel, tu interés en mi video, tu libertad (sobre todo tu libertad y cómo pude verte sentir), tu independencia, tus ojos cuando contás tus historias, tu sonrisa cuando te veo desde lejos, pink?, tu saludo al sol y la paz por la mañana, y tus ojos concentrados en un punto en el slack, la caminata por la playa cuando cae el sol, cómo me esperabas acostada escuchando esos 2 temas de Angus and Julia Stone y por quererte ahí mismo haciendo poco ruido y movimiento para que nadie se entere, tus ronquidos, cómo te entrelazabas con mis piernas y tus brazos cruzando mi cuerpo, tu conexión con el sitio y ese momento en que respirás profundo y lo absorbés, tu exitosa chamba de buscar monedas, recibir tu día con vos en una hamaca para dos, o todo el último día con la arena, la película, la laguna, los cocodrilos y LA cena, la cena de todos en la arena, abrazados por el mar, bajo las estrellas y la luz de la luna, cómo te acomodás entre mis brazos y tu mano en mi regazo y cómo espero y finalmente disfruto uno y cada uno de tus cariños en mi cuerpo. Dormir con vos, digo, entendés si digo DORMIR CON VOS? No importa, a mi me parece INCREIBLE, de otro planeta, y nunca nunca nunca quisiera acostumbrarme a vos en mi cama. Tu cuerpo suda como me gusta, tus brazos se pegan a mi torso, tus pezones en mi cuerpo, tus besos en mi cuello, lo sorprendente bien que me chupaste la pija, cuánto me dejás abrirte las piernas, es más, TODO lo que me dejás hacer entre tus piernas, tus oh my god, cómo te pones boca abajo y en cuatro y cómo me seguís cuando te digo LEVANTATE y te doy contra la pared, o tu cara mientras cogemos en la playa y los rayos te iluminan las costillas y las tetas, o cuando estábamos en la carpa y yo QUE HACES HABLANDO NO NOS TIENEN QUE ESCUCHAR, o... pará, vos te acordás de los detalles de cuando cogimos los días de Chacahua???

Yo no me olvido porque todo todo todo
me gustó un chingo.

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