junio 23, 2014

Sacarse cosas

Van der Rohe, una historia de mis últimos 7 años.

El puntapié inicial lo dio R cuando me preguntó "¿qué sos si te empezás a sacar cosas?".

Un día entendí qué significaba coleccionar y dejé de coleccionar. La nueva liviandad fue una limpieza, en el sentido de estar limpio al secarte después de la ducha. También entendí en más detalle qué significa realmente el espacio. Hice lugar a cosas nuevas, a cosas más dinámicas pero eligiendo hacerlas permanentes. Mentira, estas nuevas cosas no son dinámicas, soy yo el dinámico en el espacio, y las llevo conmigo a través de el tiempo.

Muchos muchos prejuicios los perdí antes de los 20, y muchos muchos MUCHOS otros los fui perdiendo después. Estaba cargado. Fue una de las más grandes sensaciones liberadoras que me tocó sentir, y la experimento en cada conversación/vivencia.
Agradezco.

Cuando me saqué las ropas fui todavía más liviano. Eso fue increíble, porque después de eso no pressures at all.

El dinero es un poco más difícil "sacárselo de encima" (nos enseñaron a pensar económicamente). Solo voy a decir que "me saqué ciertos dineros".

Después me fui sacando las palabras. En un momento leí y charlé mucho. También escribí otro tanto. Aprendí palabras y distinguí significados pensando que así iba a poder expresar lo que realmente quiero decir. Pero un día *comprendí*, y también me fui limpiando. Me di cuenta de la distancia que nos generaba a vos y a mi esta lengua. 
Empecé a hablar más con el otro idioma, el del abrazo, el de prestar el oído, el de la química en el aroma, el del silencio, el de la mirada. Y ese idioma es más permanente, porque si sos *sordo* las palabras no las escuchás, pero nunca vas a poder olvidarte de mi sonrisa y el lugar que te hice, de mi falta de prejuicio al escucharte, del regalo que te di y no me costó dinero. No estaré en tu espacio, pero estoy en tu tiempo.

Igual ya está, no quiero más palabras si te confunden et nous perdons dans la traduction. Tampoco si eso significa que no podés entender cuánto te quiero.

Hoy por hoy, Daniel Molina y hablar es prestarse al malentendido.

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