septiembre 06, 2007

MI propio Dorian Gray

El mío no está escondido en ningún ático, ni lo guardo celosamente de la vista del público. Está tan al alcance de todos, que cuando vienen a mi casa no pueden verlo. Ni mi Lord Henry Wottom sabe de su existencia, aunque haya sido obra de "él" yo lograra escribirlo.

Como el cuadro, es feo, crudo, brutal, verdadero. Y no es lo que yo veo reflejado, sino que es mismamente lo que yo soy en persona.

Y cada vez que me acerco a él, me da el mismo escalofrío que le daba al rubio joven cuando veía su retrato.

No puedo escaparle; yo lo escribí. Yo me describí. Pero al contario de él, yo se lo leí a alguien. Un alguien que, ¡oh, arte de magia!, desapareció.

Se habrá dado cuenta de quién era yo?

Dorian




El retrato

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