agosto 22, 2016

El Bandido Jaar

Me llamaste del otro lado del mundo porque sabías que esa era la única forma de encontrarme para que hablemos por una hora. Me contaste todo y yo te conté otro poco. Vos me entendiste por que te hablé despacito y yo te entendí por que me puse en tu lugar (y en su lugar). Pero me olvidé de decirte otra cosa más, que es que no me busques, que no me busques ahí, que yo no soy él. Somos un poco parecidos, por eso te digo que salgas corriendo.

El tema es que lo más importante de todo no me animé a decírtelo, no por malo sino por que sinceramente no pude. Lo que estás haciendo está perfecto, hablalo con todos, no te lo calles, dale voz para que resuene en todos lados y sobre todo en tu propio eco. Pero más que nada, hablalo con un psicólogo. Eso que te pasó hace mucho mucho mucho y todo lo que vino después también te lo tiene que explicar un profesional. Me hubiese gustado animarme a decírtelo pero no sé por qué no pude, ¿qué me pasó?

¿Qué me está pasando?
Otra oportunidad que me perdí.

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