marzo 10, 2010

Cajoneado III

He intentado
Septiembre 08
He intentado escribirte algo, pero ha sido imposible. A veces el vocabulario tiene deficiencias, huecos imposibles de llenar. Es increíble. Tantas palabras y hay cosas que no se pueden explicar. Todo me suena a lo mismo. Blablabla. Espejos. Silencios. Razones que se quedan colgando, como siempre. En estos momentos suelo buscar una canción que recubra cada parte de mi cerebro, quizás para no dar importancia a lo que digo, darle otro registro a mi voz o para envolverme de algo que no me deje escuchar mis pensamientos... pero, en medio de todo esto, de nuevo el corazón se llena, mis ojos vibran y mis manos sienten la necesidad de hacer una melodía con las letras de el teclado. Porque no puedo sólo escribirte, ni hablarte. Y las miradas no bastan. Nada es suficiente cuando me revuelves de esa manera el interior, cuando hay algo luminiscente que debe abrirse paso. Ya ves. son demasiados años y pocas cosas me llegan, pero entre ellas te encuentras.


Aprendí a levantarme rápido y olvidé ponerme pomada en las cicatrices. Son veinticuatro años que a veces me parecen siglos y otras segundos. A los dieciséis ya tenía noventa y ahora estoy volviendo para atrás. Por eso tengo que confesarte que a veces no quiero ni verme. No me soporto. Me daría dos hostias y cambiaría esta cara tan expresiva que tengo. Porque no miento, pero me gusta esconderme. Juego a esquivar los ojos que ven. No me gusta la vulnerabilidad y me tengo miedo. Pobre niña tonta, me digo. Estoy tan marchita y viva a la vez, que a veces no me soporto. Ahora no puedo decir un 'si tú supieras' porque lo sabes, porque ves mi 'yo' en cada locura, en cada palabra. Pero soy un vaivén y a veces tardo en recuperar el equilibrio. Siempre necesito más. Soy insaciable. Absorbo sentimientos porque estas paredes encierran demasiado. Entonces el corazón se llena, mis ojos vibran y mis manos sienten la necesidad de escribir y no parar. Porque llega un nuevo día, una nueva oportunidad de todo. Una sonrisa que tus palabras me devuelven en las noches de luna llena. Me has dado tanto... que sólo puedo entregarte mis ojos sin barreras.
de ella.

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