enero 14, 2010

Con la luz apagada

Recién se cortó la luz en casa. Si estás solo, los cortes de luz son algo especial, es un momento donde no podés hacer otra que estar con vos. No podés ver la tele y leer ese libro (quizás) no es lo mismo.

El corte de luz al principio me agarró solo, después llego mi madre.
Una de las últimas veces que hablé seriamente con ella fue hace 5 años, en un corte de luz. En ese momento me abrí y sin poder vernos claramente la cara le dije que estaba mal porque mi novia se había besado con otro. También dejé salir, frente a ella, la razón por la cuál eso me afectaba: porque la amo, dije. Tan adolescente.

Durante el corte de luz de hoy tuve la oportunidad de quedarme sentado en la laptop con esa batería magnífica que me iba a salvar, pero me acerqué a la cocina a hablar con ella. Ésta vez no hablamos de la persona que extraño, pero hablamos de una que voy a extrañar, irremediablemente.

Entre una de las cosas que le diría a mucha gente ésta sería una de ellas: no le escapes a las luces apagadas.

1 comentario:

Cat dijo...

*no le escapes a las luces apagadas.*

Hola capo. Sos un maestro