mayo 11, 2009

No era tu perfil, era tu espalda

Hoy te llamé. Estabas decidida a olvidarme, noté. Duele, un poco. Lo cual significa que es mejor olvidarte también. No lo había pensado así antes. Nunca lo había pensado así, quizás ese fue el error.

En una escala de valores, el llamado te molestó sólo un poco más de lo que te gustó. Te molestó, sí. Pensé que estaba todo bien, pero no, más tarde me di cuenta de eso cuando te busquéen ese lugar en el que suelo buscarte. Ahí fue cuando me sorprendí. Pero una de esas sorpresas malas, de las que bajan la pepa. Perdido por perdido, dicen cuando ya nada puede restar, pero restó igual.

Ahora entiendo que antes entendí mal, no estaba viendo bien. No era que estabas de perfil, me dabas la espalda. Siempre fue tu espalda, sólo que yo no lo quería ver.

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