enero 23, 2009

- Entendí algo básico, realmente básico. No te conozco.
- ¿No me conoces?
**
Para resumir 4 horas de charla, diré que una relación es difícil, aún más conocer al otro realmente y aceptarlo con todo sus defectos y bagaje. Jack confesó su miedo a ser rechazado, si le conocía de verdad, si se mostraba totalmente desnudo ante mí. Se dio cuenta que después de 2 años juntos no me conocía, ni yo a él. Y para amarnos de verdad, debíamos saber la verdad. Incluso si es dura.

Le dije la verdad, que nunca le había engañado. También le conté que había visto a Mathieu por la tarde. No se enojó conmigo porque no había pasado nada.

Le confesé que me costaba mucho decidir que una relación era definitiva, que era la buena, que era el hombre con el que pasaría el resto de mi vida. Decidir que iba a hacer el esfuerzo de quedarme, hacer que funcionase y no salir corriendo al primer problema... es muy difícil para mí.

Le dije que no podía estar con un solo hombre toda mi vida. Era mentira, pero igual lo dije. Me preguntó si me creía una ardilla, si guardaba a los hombres para el invierno. Me pareció gracioso. Entonces dijo algo que me hirió. El tono cambió de golpe. No entendí lo que decía, creí que ya no me amaba y que quería romper.

Siempre me ha fascinado ver cómo alguien pasa de amarte locamente a la nada. Duele mucho.

Cuando siento que van a dejarme, tiendo a romper primero antes de oírlo todo.

Ya está. Uno más, uno menos. Otro amor malogrado. Lo quería de verdad.

Cuando pienso que se acabó, que nunca volveré a verlo así... que quizá nos encontremos con nuestras nuevas parejas, haciendo de cuenta como si nunca hubiese pasado nada. Cada vez pensaremos menos el uno en el otro, hasta que nos olvidemos del todo. O casi.

Para mí siempre es igual, rompo, me derrumbo, bebo y cojo. Conozco a un tipo, a otro, vuelvo a coger. Olvido al de verdad. Entonces después de unos de meses de vacío empiezo a buscar el verdadero amor. Lo busco con desesperación y después de dos años de completa soledad, encuentro un nuevo amor y juro que es el definitivo. Hasta que también se acaba.

Hay un momento en la vida donde ya no podés reponerte de otra ruptura.

Aunque esta persona te saque de quicio el 60% del tiempo, no puedes vivir sin él. Y aunque te despierte cada día estornudándote en la cara, sus estornudos significan más que los besos de cualquiera.
de acá

3 comentarios:

Nowhere Girl dijo...

Esa ultima charla se lleva un premio, me dio vuelta la cabeza.-
so true.

Blue dijo...

Esa película me quemó la cabeza. Ella acabó convenciéndome de lo bien que hago en odiar a los franceses.
Pero es verdad que uno termina entendiendo porqué París es la ciudad del amor...

Francisca Filipa. dijo...

nice.